Según una nueva revisión de 17 estudios realizada por investigadores de la Universidad de Queensland en Australia, tener un gato podría duplicar el riesgo de esquizofrenia.
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El equipo realizó un metaanálisis de investigaciones existentes de 11 países publicadas en los últimos 44 años. Descubrieron que las personas expuestas a gatos antes de los 25 años tenían aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar esquizofrenia.
Un estudio estadounidense incluido en la revisión, basado en 354 estudiantes, no encontró asociación entre la propiedad de gatos y las puntuaciones en una “escala de esquizotipia”.
Una escala de esquizotipia es un cuestionario que mide características de patrones de pensamiento inusuales y desorganizados y se utiliza para ayudar a diagnosticar la esquizofrenia.
Sin embargo, al comparar aquellos que fueron mordidos por un gato con aquellos que no fueron mordidos, el subgrupo mordido tenía puntuaciones más altas en la escala de esquizotipia.
En el artículo, los científicos afirman que la conexión probablemente se debe a un parásito encontrado en gatos domésticos llamado Toxoplasma gondii, también conocido como T. gondii, que puede ingresar al cuerpo a través de una mordedura.
Sugieren que el parásito puede penetrar en el sistema nervioso central y afectar los neurotransmisores del cerebro, lo que lleva a cambios en la personalidad, síntomas psicóticos y trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.
La causa de la esquizofrenia no se comprende completamente y se cree que es una combinación de genética, anomalías en la química cerebral y/o posibles infecciones virales y trastornos inmunológicos.
En las redes sociales, otros investigadores criticaron la revisión, afirmando que no tenía en cuenta adecuadamente otros factores potencialmente contribuyentes, como el contexto social y económico y la historia familiar.
Por ejemplo, un estudio británico reveló que la exposición a gatos durante la infancia, entre las edades de cuatro y 10 años, estaba asociada con experiencias psicóticas más intensas a los 13 años. Sin embargo, los resultados no persistieron después de ajustar para posibles variables de confusión.
“15 de los 17 [estudios incluidos] son estudios de casos y controles notorios por asociaciones espurias”, escribió el Dr. Sanil Rege, psiquiatra de Melbourne, Australia, en su perfil de Twitter.